La tienda de material de encuadernación  “Honorio y Anita” que en el número 8 de la calle Ardemans de Madrid regenta desde 2015 el encuadernador Carlos Montoya se ha convertido en los últimos tiempos en un punto de encuentro esencial para los aficionados a la encuadernación de arte  en  la capital de España. Además de su actividad habitual, centrada en la venta de pieles, papeles  marmoreados y toda suerte de utensilios  de encuadernación, en los últimos meses ha iniciado una   actividad paralela consistente  en la  exposición de encuadernaciones, concretamente  las terminadas por  las Escuelas privadas. Tras iniciar su andadura con una muestra general de lo que hacen las escuelas madrileñas, en los últimos meses puede verse en las vitrinas de la planta baja de este establecimiento una selección de las últimas encuadernaciones salidas de los talleres de encuadernación más activos en Madrid en los útimos años.
La exposición que vamos a comentar y que fotografiamos en esta entrada está dedicada a las encuadernaciones terminadas en CODEX, un taller-escuela de encuadernación que regentan Guadalupe Roldán y Susana Domínguez, dos reconocidas encuadernadoras de arte con un  amplio palmarés de premios y varios galardones del Ministerio de Cultura. CODEX, que  abrió sus puertas en 2006 en Rivas-Vaciamadrid, se propuso desde sus inicios difundir las artes del libro en un espacio de uso colectivo en el que intercambiar procesos de trabajo e ideas dando a sus alumnos una formación continua y estableciendo relaciones con otros aspectos relacionados con las artes  del libro. CODEX imparte cursos de encuadernación en  clases reducidas (máximo de seis alumnos) con atención personalizada a cada uno de ellos y también imparte cursos monográficos.
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| Encuadernación de Guadalupe Roldán | 
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| Encuadernación de Isabel Palmero | 
Entre las alumnas de CODEX cuyas encuadernaciones podemos ver en esta exposición destacan las creaciones de  Isabel Palmero, Francisca Consuegra, Inés Roldán, Camino Criado, Evangelina Nucete y Pilar Calahorra.
Las encuadernaciones de Guadalupe Roldán Morales que se exponen en esta muestra (fig arriba)   pero  sobre todo  las que conocemos desde años atrás siempre han buscado lo esencial de la obra encuadernada y una interpretación personal del texto sutilmente exteriorizado mediante referencias implícitas. Esta expresión de lo escrito encuadernado es compatible con una forma decorativa que ha bebido en lo que Guadalupe Roldán, que es historiadora del arte, considera vanguardia: la escultura vasca del grupo Gaur: Chillida, Oteiza y Basterretxea; además, las creaciones de Tàpies, Giacometti, Equipo Crónica, los grabados de J.J. Ulzurrun Martija, los negros de Pablo Palazuelo, su abstracción lineal. Guadalupe Roldán ha inventado un mundo místico poblado de formas originales; ha simplificado las formas para adensar  el contenido evitando el cromatismo y abrazando un esencialismo despojado y elegante, el “menos es más” de Mies van der Rohe. Cerca de Pierre Soulages, Roldán cree en el poder agitador de emociones que convoca el color negro, al que considera tono que mejor realza el motivo decorativo cuando domina con pocas intermitencias la cubierta del libro o se aplica como fondo. En sus encuadernaciones está presente también la pintura de Antonio Saura. Sobre box-calf, diseños impolutos e imponentes en su presentación nítida de áreas "borde a borde" o en relieve sobre pieles puras, sin teñir, sin grano, tan sólo manchadas por una leve tipografía.  
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| Encuadernación de Susana Domínguez | 
Susana Domínguez, la otra socia fundadora de Codex,  se formó   con María Manso en   el taller-escuela Antolín Palomino de Madrid, ha sido  alumna del taller-escuela "Cizalla" de María   Josefa Crespi   y  ha seguidos cursos con  Beatriz Moreno. Desde  1993 colabora  con   Guadalupe Roldán. Aplica sobre la  piel películas de color,   pan de oro, aluminio o cobre. Experimenta  con diferentes técnicas de  tintura de pieles con anilinas, buscando efectos y colores que aporten textura visual.   También cultiva  la técnica del   transfer y el  collage con papeles Japón tintados y combinados con la piel. Susana Dominguez, que ha dado clases de encuadernación en Méjico, cree que   el diseño  ligatorio  ha de avanzar de la mano de las ideas de libertad,  expresión artística,  investigación y búsqueda de nuevos materiales y  técnicas, tanto en la decoración  como en el  tratamiento de los materiales.
La exposición de   “Honorio y Anita” es muy recomendable para todos los amantes de las bellas encuadernaciones y la iniciativa de Carlos Montoya digna de encomio. La disposición de las  piezas, correcta. En este caso la encuadernación deja de ser un arte de lo mínimo,   un arte anticolosalista para  convertirse en una parte esencial de una creación plástica de mayor envergadura. No deben perderse esta  exposición quienes consideran el libro un soporte apto para el arte de hoy:   marca un camino a seguir para otras muestras que -nos anuncia Carlos Montoya-  se sucederán en el futuro en este mismo local.


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