Fig 1 " A finales de los años ochenta, fui nombrado director de la agonizante editorial Aguilar. Uno de los primeros proyectos que quise sacar adelante fue el de dar continuación a su colección Obras Eternas, colección que, a pesar de sus muchos defectos y de una encuadernación de gusto franquista, permitió que se pudieran leer los clásicos españoles y extranjeros que la censura no hubiera permitido publicar en ediciones asequibles al público "- escribe Jaime Salinas a su amigo islandés Gudbergur Begsson. Cierto. La colección Obras Eternas, de la Editorial Aguilar, tiene "muchos defectos". El editor argelino no se equivoca. Amando Lázaro Ros nos da, bajo el título "Obras Completas" de Dickens, un David Coperfield amputado. Rafael Cassinos-Assens, traducciones medio inventadas de los novelistas rusos. ¿Qué podemos decir del d...
Encuadernación y artes del libro