Formado en la Escuela de Artes Gráficas con César Paumard, afincado desde 1962 en Barcelona, Ramón fue el maestro español indiscutible en el arte del mosaico de pieles. Lo realizaba con suma dedicación con herramientas de repujar el cuero y con procedimientos de su invención que permitían un perfilado libérrimo de figuraciones.
El lienzo de sus composiciones estaba conformado por dos espacios: por un lado, las cubiertas y lomos; por otro, las guardas, pero a veces el mosaico invadía también el estuche, la camisa y la funda.
Ramón confíó los diseños de muchas de sus encuadernaciones a artistas del diseño como Cristóbal Ruiz (1933-1981), que colaboró con el encuadernador entre 1965 y 1995y que le aportó una impronta mediterránea, los recursos de la figuración, de la abstracción lírica y la influencia de José Lapayese del Río. Alex Fité (desde 1968) y Jorge Hernández (entre 1978-1990) realizaron también para Gómez diseños abstractos inspirados en Kandinsky. Miquel Ruiz, hijo de Cristóbal, trajo a sus diseños la influencia de Grau Sala, Antonio Clavé, Antonio Casero, José Mompou, Manolo Hugué, Ángel Bellido, Alejandro Sirio, Sonia Delaunay, Georges Braque, el optical y el pop art.
Los diseños de estos artistas, que Gómez trasladó con originalidad a la cubierta de sus encuadernaciones, tomaron a menudo como modelo aguafuertes de Picasso o litografías de Dunoyer de Segonzac, un conjunto de influencias donde no faltó la huella del cubismo, futurismo, expresionismo, informalismo y de la vanguardia española.
La encuadernación del libro de arriba obra de Ramón Gómez Herrera cubre una primera edición de "A la pintura" con dibujo y dedicatoria de Rafael Alberti. Describimos este trabajo: camisa amarilla, tapa suelta con piel decorada con la imagen de dos cabezas: la de la izquierda es una silueta picassiana con reminiscencias del Guernica; la de la derecha, una silueta inspirada en la nítida y exacta delineación de contornos de Piero della Francesca. El subconsciente freudiano surrealista frente al clasicismo quattrocentista. Tras estas cabezas hay un fondo de decoración tipográfica ordenada en cinco líneas horizontales que recorren toda la cubierta de derecha a izquierda: mayúsculas azules sobre mosaicos de color verde con los nombres de los pintores cuyos cuadros celebra la poesía de Alberti: Gutiérrez Solana, Boticcelli, Leonardo, Picasso, Berruguete, El Greco, El Tintoretto, El Bosco y Miguel Ángel. Como discreto homenaje a la pintura, en la contratapa, sobre un fondo de becerro blanco, un mosaico reproduce el lienzo de Van Gogh "Mi habitación de Arlés". Gómez ha suprimido los colores expresivos y premonitorios de muerte del original y ha preferido concentrarse en la delineación pura de las siluetas de los objetos domésticos.
Descanse en paz este gran artista del libro.
Descanse en paz este gran artista del libro.
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