
En el Renacimiento las encuadernaciones pintadas trasladan a la cubierta del libro las mismas inquietudes que manifiestan los artistas del siglo XVI por la composición, la profundidad, la perspectiva y la mezcla armónica entre los colores. En este libro, conservado en la Biblioteca del Monasterio de El Escorial, la forma engoblante de la composición decorativa es un cartucho que organiza decoraciones simbólicas, antropológicas, botánicas y zoológicas típicas de siglo XVI. Este entramado ornamental, debidamente jerarquizado, queda, sin embargo, subordinado a la puesta de relieve de los nombres del autor del libro, el jurisconsulto Julio Claro, y del mecenas que inspira la empresa, el rey Felipe II de España. Las menciones de estos dos personajes, enmarcadas, doradas, situadas dentro de un óvalo sobre un sideral fondo azul, solemnizadas por su colocación en el centro de la cubierta del libro deben predominar sobre la apariencia realmente espectacular de la decoración .
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