La filigrana deriva del entrelazamiento del diseño del alambre en la red del fondo del molde, de modo que la impresión de estos alambres, así como los mismos alambres más o menos espaciados del fondo dejan traslucir líneas semitransparentes sobre la superficie del papel cuando éste se observaba al trasluz. Estas marcas que se usaban en los papeles de los libros antiguos presentaban gran diversidad de formas. Unas veces eran simples estrellas, cruces o ini- ciales de fabricantes; otras, sofisticadas marcas heráldicas o emblemáticas que representaban el escudo de una ciudad o el lugar donde se fabricaba el papel. Entre las filigranas más conocidas utilizadas en los libros de los siglos XVI y XVII encontramos manos, guantes, aguamaniles, hojas de encina, águilas con aureola, guirnaldas con hojas, cabezas de machos cabríos, testas de unicornio, dragones, jarros, columnas y coronas (figs p. 71). El repertorio de Charles M. Briquet Las filigranas (1907) reprodujo exhaustiva- mente muchos de estos diseños sobre el papel y gracias a
él hoy es posible determinar su lugar de origen y fecha de fabricación4. Con todo, la mayoría de las filigranas que apa- recen en los impresos son difíciles de identificar, sobre todo en los formatos inferiores al in-folio: en los in-cuarto e in- octavo su colocación coincide con la dobladura de la hoja y en los demás formatos con el margen.
El estudio de las filigranas es muy útil para el investi- gador. Permite, por una parte, determinar la fecha real de impresión de un libro; por otra, la observación de filigranas iguales o similares en diferentes libros facilita el estableci- miento de hipótesis de trabajo sobre la igualdad de origen o las fechas de impresión. La filigrana también sirve para determinar si en una nueva edición o emisión se han hecho añadidos respecto a la impresión original en el caso de que el papel de estas adiciones tenga una filigrana diferente de la del resto del libro. Pero la mayor utilidad que reporta la filigrana al investigador es permitir determinar el formato del libro: de hecho, la posición que ocupa posibilita esta- blecer el número de veces que un pliego se ha doblado, que es el medio para deducir el tipo de formato. Por ejem- plo, si se colocaba (lo que era el caso más habitual) en el centro de la mitad del pliego y éste se doblaba en dos, el formato del libro era in-folio y la filigrana aparecía en el centro de la hoja. Si el pliego se doblaba otra vez, la filigra- na aparecía repartida en el centro de los márgenes interio- res de dos hojas y los corondeles corrían horizontalmente. En ese caso el libro es un in-cuarto. Si el mismo pliego se doblaba una vez más, un in-octavo, y la filigrana aparecía en posición vertical en el extremo interior y los corondeles de nuevo serían verticales. En un dieciseisavo, la filigrana aparecerá en los ángulos superiores de las hojas y los co- rondeles correrán horizontalmente.
Comentarios
Publicar un comentario