La encuadernación de este Misale Toletanum del siglo XV proporciona el ejemplo más representativo en la ligatoria hispana de decoración mudéjar de lacería. Es también una de las encuadernaciones mudéjares mejor conservadas, pues nos ha llegado sin desperfectos ni rozaduras. El soporte son dos gruesas tablas de madera. El recubrimiento es el típico cuero granate o marrón-rojizo de las tipologías hispanoárabes, concretamente el cordobán, piel curtida de macho cabrío o de cabra. La técnica usada para trabajarlo ha sido el cincelado y el gofrado. En la decoración, la misma en ambas cubiertas, predominan las combinaciones de cuerdas que, entrelazándose con regularidad, crean trazados continuos ordenados con método. La composición está regida por el círculo central con estrella de ocho puntas y por los encuadramientos rectangulares delimitados por tres calles. Esta rueda estrellada funciona en su interior como forma geométrica perfecta y armazón que alberga trenzados de cordoncillos. En su exterior ordena trazados rectilíneos como foco irradiante de simetría. El fondo está cuajado de cintas (horror vacui ) que, interseccionándose, engendran diminutos polígonos sutilmente punteados. La oposición entre espacios del fondo cuajados de hierrecillos y áreas libres de estampaciones, reducidos a los encuadramientos con doble calle y a las líneas del trenzado, produce un efecto de claroscuro y relieve perspectivo. El Misal Toledano aunó la armonía del diseño geométrico con la compacidad y solidez de los soportes creando un tipo de encuadernación muy resistente al paso del tiempo y modélica para los siglos venideros, tanto es así, que en 1913 el bibliófilo barcelonés Miquel y Planas y el encuadernador retrospectivo Joaquín Figuerola, en su política restauradora de los estilos ligatorios históricos de España, no dudaron en considerarla paradigma bibliopégico de lo mudéjar, digna por ello de imitación.
La Librería Bardón de Madrid es un punto de referencia obligado para los aficionados a los libros antiguos de Madrid. La fundó en 1947 Luis Bardón López (1897- 1964) en la plaza de San Martín, próxima al Monasterio de las Descalzas Reales, y desde sus inicios se llamó « Librería para bibliófilos ». Puede leerse este nombre en la fachada del establecimiento, si bien hoy el nombre comercial es simplemente « Librería Bardón ». Se ha querido con ello dejar clara la naturaleza familiar del negocio. Como en otras actividades, entre los libreros la familia desempeña un papel crucial en la transmisión de saberes y habilidades. Éstas perviven en el tiempo porque pasan de padres a hijos. En muchas sagas libreras los valores de la satisfacción interior y el compromiso del « trabajo por el trabajo » han predominado sobre el protagonismo de sus miembros dando lugar a exce...
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